O creador, mas allá de lo dicho, Tú has designado del tesoro de tú sabiduría las jerarquías de ángeles, despachándolos en un orden maravilloso, por encima de los brillantes cielos, y has, arreglado tan maravillosamente todas las partes del universo.
A Ti, llamamos la verdadera fuente de sabiduría y el noble origen de todas las cosas. Alégrate de emitir sobre la oscuridad de mente con la cual yo nací el doble rayo de tu luz y calor para disipar mi ignorancia y pecado.
Tú haces elocuente las lenguas de niños. Entonces, instaura mi manera de hablar y toca mis labios con tu gracia. Hazme agudo para entender, rápido para aprender, capaz de recordar, hazme delicado para interpretar y listo para hablar. Guía mi entrada y seguimiento, lleva a casa mi seguimiento.
Tú eres verdadero Dios y verdadero Hombre, y vives para siempre jamás.
Santo Tomas de Aquino, 1225-74
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